Amigdalitis
Amigdalitis
Las amígdalas palatinas son dos masas de tejido linfoide de forma ovalada que se encuentran al fondo de la garganta, justo detrás de la lengua y a ambos lados de la faringe. Constituyen junto con las amígdalas faríngeas (adenoides) y las amígdalas linguales el anillo de Waldeyer que forma parte del sistema linfático, el cual favorece la respuesta inmunitaria al producir anticuerpos que evitan infecciones mediante la destrucción de bacterias y otros gérmenes que ingresan al organismo a través de nariz y garganta.
Poseen una cápsula que las envuelve y un epitelio que las recubre, el cual permite en ocasiones la adhesión de agentes externos que colonizan y producen la inflamación denominada amigdalitis o anginas, muy común entre los niños por encontrarse en un periodo de adaptación inmunológica al entorno. Su tamaño es superior a las otras amígdalas y normalmente disminuye con el pasar de los años hasta finalizada la pubertad; en caso que esto no ocurra debe consultarse al especialista porque puede referenciar otro tipo de complicaciones.
Durante este tiempo las infecciones repetitivas van degenerando su

capacidad funcional, por lo cual se hace menos frecuente esta patología entre la población adulta; no obstante existen ciertos factores que pueden favorecer la aparición de infecciones, entre ellos alergias, factores hormonales, desequilibrios metabólicos y otros.
Los síntomas clásicos de la amigdalitis y principales complicaciones que puede manifestar el paciente son:
• Dolor de garganta.
• Dificultad para respirar.
• Dolor de cabeza.
• Apnea obstructiva del sueño.
• Deglución dolorosa.
• Hinchazón de los ganglios linfáticos.
• Una capa blanca visible sobre las amígdalas rojas y recrecidas.
• Puede producir fiebre y halitosis (mal aliento).
• Los niños más pequeños pueden presentar dolor estomacal.
• Los bebés pueden manifestar inquietud, babeo anormal y pérdida de apetito, acompañado de llanto aparentemente inexplicable.
El 80% de infecciones de amígdalas se produce por causas virales, mientras que alrededor del 20% restante son de origen bacteriano. Considerando que la mayor incidencia de casos se presenta entre la población infantil, es importante asegurar el diagnóstico adecuado por

parte de un especialista.
Para ello puede ser requerida una toma de muestra del fluido de las amígdalas y la parte posterior de la garganta con un hisopo de algodón, con lo cual se realizará cultivo en laboratorio para evaluar posible presencia bacteriana; aun así es el médico quien lo solicitará luego de evaluar otras condiciones en el paciente y revisar su historia clínica.

Existen casos que luego de ser evaluados por el médico especialista sugieren la aplicación del procedimiento quirúrgico para extirpar las amígdalas (amigdalectomía)
puede ser debido a su gran tamaño, infecciones repetitivas o procesos muy severos que no ceden ante el tratamiento con antibióticos. Consiste en remover el tejido que las conforma y luego cauterizar o suturar (lo cual generalmente no es necesario), administrando para ello anestesia general. La intervención dura alrededor de 30 – 40 min y su recuperación es prácticamente inmediata; en el transcurso de una semana el paciente ya se encontrará totalmente recuperado.
La amigdalitis es altamente contagiosa :
principalmente por la vulnerabilidad de la población que la padece. Los niños pequeños no tienen un sistema inmunológico maduro y comienzan a interactuar con otros niños al iniciar la etapa escolar, siendo este el principal foco de contagios. A continuación, algunas recomendaciones que puede seguir para su prevención:
• Lavar frecuentemente las manos con agua y jabón, haciendo énfasis al momento de comer, ir al baño y regresar de la escuela o jugar al aire libre.
• No compartir utensilios para comer, vasos o alimentos.
• Reemplazar el cepillo de dientes periódicamente, más aún cuando se haya presentado un episodio infeccioso.
• Si se encuentra enfermo, guardar reposo para evitar la propagación. Usar pañuelos desechables y en caso de estornudos, cubrirse con el codo.

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Servicios y Especialidades

Amigdalitis
Los signos y síntomas comprenden poner aumento del volumen de las amígdalas, dolor de garganta, dificultad para tragar y sensibilidad de los ganglios linfáticos a los lados del cuello.

Faringitis
Dolor o irritación en la garganta que puede ocurrir o no al tragar. A menudo acompaña a las infecciones, como un resfriado o la gripe.

Hipoacusia
Puede ser ocasionada por un defecto congénito, lesiones, enfermedades, ciertos medicamentos, exposición a sonidos fuertes o el desgaste propio de la edad.

Infección del oído
La infección del oído puede comenzar poco después de de un baño en piscina o playa. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.

Sinusitis
Puede ser ocasionada por un resfríado o alergias, y puede desaparecer sola. La sinusitis puede ser aguda o crónica. Debe ser tratada a tiempo para evitar las distintas complicaciones.

Adenoides
Los siguientes síntomas suelen asociarse a unas adenoides inflamadas: dificultad para respirar por la nariz. respirar por la boca. tener habla nasal, como si se tuviera la nariz tapada.

Desviación del tabique nasal
En muchos casos, es posible que no haya síntomas. Cuando aparecen incluyen congestión, hemorragia nasal y respiración ruidosa durante el sueño.

Congestión nasal
Rinorrea o congestión nasal en adultos. Una nariz congestionada o tapada se produce cuando los tejidos que la recubren se inflaman.
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Las condiciones más comunes de los pacientes que asisten al consultorio de la doctora Brenda:
Amigdalitis
Adenoides
Congestión nasal
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