Disnea o dificultad para respirar
La disnea o dificultad para respirar es un problema común que se origina por muchas causas posibles.
¿Qué es la disnea?
Se conoce con el nombre de disnea a la sensación de falta de aire y dificultad para respirar que experimenta una persona por diversos motivos.
Así como son muchas las causas que la producen, existen diferentes tipos de disnea:
Disnea de reposo
Es aquella que se produce cuando el individuo no realiza ningún tipo de esfuerzo.
Disnea de esfuerzo
Contrario al caso anterior, es aquella que aparece cuando la persona ha realizado algún tipo de actividad física que implica la aplicación de fuerza.
Disnea de decúbito
Es la que se presenta cuando el paciente reposa de forma horizontal (acostado) y solo consigue mejoría al ponerse de pie o sentarse.
Disnea paroxística nocturna
Se produce durante el descanso nocturno. Como la persona no logra respirar normalmente, el sueño se ve interrumpido de golpe.
¿Cuáles son los síntomas que acompañan la disnea?
Opresión en el pecho.
Palpitaciones.
Respiración acelerada.
Sibilancias.
Dolor en el pecho.
Sensibilidad, disminución del nivel de conciencia y en casos severos, pérdida del conocimiento.
¿La disnea es siempre un signo de enfermedad grave?
Al contrario de lo que puede pensarse, la disnea no está directamente relacionada con enfermedades graves.
Si bien es cierto que algunas patologías desde el asma hasta el cáncer pueden producir distintos episodios de disnea; ésta también se presenta ante la falta de ejercicio (sedentarismo) o cambios de altitud (como cuando se viaja a las montañas).
Sin embargo, dependiendo de la frecuencia y la forma en que se manifieste, se debe consultar al médico para determinar las posibles causas.
Entre las más frecuentes se pueden mencionar:
Asma.
Alergias.
Neumonía.
Obesidad.
Trastorno de ansiedad.
Daño de la vía aérea por agentes tóxicos.
Hipertensión pulmonar.
Anemias.
Atragantamiento.
Insuficiencia cardíaca.
Enfisema pulmonar.
Cáncer de pulmón.
Parálisis diafragmática.
¿Existe tratamiento para la disnea?
En tanto que la dificultad para respirar puede estar relacionada a una gran cantidad de patologías, su tratamiento estará condicionado al diagnóstico que determine la causa del problema.
En consecuencia, si la condición tiene que ver con obesidad y sedentarismo; el reposo inicial, la incorporación progresiva de actividad física y los cambios en sus hábitos alimenticios serán suficientes para hacer la diferencia.
Por otro lado, los broncodilatadores y esteroides son eficaces en pacientes asmáticos; mientras que en algunos casos la terapia con oxígeno puede ser necesaria.
Es por ello que antes de iniciar cualquier medicamento, lo primordial es conseguir una evaluación completa por parte del especialista que ayude a establecer el esquema de tratamiento adecuado a las necesidades del paciente.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la disnea?
Hábitos de tabaquismo.
Enfermedades y cirugías recientes.
Antecedentes familiares de hipertensión u otras enfermedades cardíacas.
Embarazo.
Exposición a agentes tóxicos (entornos ocupacionales).
Exposición a agentes alérgenos.
Finalmente, si tú o algún familiar experimentan cambios en su capacidad respiratoria o existen otros síntomas que te hagan pensar en esta condición; recurre a tu médico para que realice una evaluación y determine las causas que están originando este problema.
Conoce más sobre enfermedades y procedimientos
Directorio de Otorrinolaringología
Oído
Nariz
Garganta
Pacientes Atendidos
Casos
Entrenamientos
Especialidades
Adenoides
Dificultad para respirar
Disfonía
Dolor al tragar
Dolor de garganta
Dolor de oídos
Faringolaringitis
Fractura nasal
Ganglios en cuello
Glositis
Infección de garganta
Otitis
Poliposis nasal
Ronquera
Ronquidos
Sordera